lunes, abril 18, 2011

el exhumado amigo vial





El trayecto lineal cotidiano y matutino que se vuelve intransitable por los nudos invisibles ocasionados por los mismos transeúntes, al igual que sucede en la vida, la lucha por espacios, por tiempo, por poder, la múltiple indiferencia, la descortesía, la individualidad que los aisla en sus burbujas de velocidad, protegidos en ellas, dentro de un orden perfecto de espacio cómodo y acondicionado, en esa arma mortal que los transporta y facilita su movimiento. Son las arterías que nos comunican.

Es grato ver como la ciudad mutó por el caos a partir del desgarre del Río Santa Catarina cuándo despertó de ese largo sueño, de ese mito que alguna vez lo mencionó ser fértil, y es ahora que por sus arterias nuevamente fluye agua, un agua que refleja el cielo en tonalidadez transparentes, turqueza y azul profundo, aveces en tono demasiado turbio, la compañía en paralelo a la vialidad con su nuevo fluir, quizá por pocos meses más, algunos desearíamos que fuera eterno su murmullo a la par de los motores de autos, la ruptura con el asfalto caliente, el moldeable, pemeable y curtido pavimento.

La ciudad se colapsó por el huracán, fué la mejor muestra de la segmentada incomunicación que existe entre sus diversos sectores de población y usos de suelo, incomunicación social, urbana, vial, la infuncional planeación suprema, escasas conexiones, la solución planteada: el cambio de sentido, el detonante estimulaba una nueva planeación, no parches, no vados, no soluciones "provisionales"  (¿pro-visión?) ¿en favor de algún tipo de visión o plan a futuro?

domingo, abril 17, 2011

cielo ardiente


con una vieja amiga...kodak

de viaje...


A lo cotidiano me en bebo embriagada en mis viajes mentales, un pie por aquí y otro por allá, si te veo ahí o te veo detrás de la piel y estoy inmersa en el despojo de lo físico. 

Teorías que divagan en que siempre estamos dormidos, vivimos soñando, somos como zoombies, muertos sin saberlo siempre soñando, caminando "viviendo" "andando" en automático, presos de nuestros deseos, presos de nuestra fantasía y nuestro único límite somos nosotros mismos, el límite más posesivo, más celoso, más cínico, más cautivo: el miedo. Y ¿qué me dicen del despertar?, hay que vivir, abrir los ojos para mirar profundamente en nuestro entorno y contemplarlo formular teorías, formular sentidos y sentirlos, vivirlos experimentarlo para poder hacer ese sueño una realidad dentro de un sueño finito: la vida. 

La mayoría de las veces estamos pensando, imaginando, vivimos presentes en los hubiera, los caminos están llenos de soñantes, es un estado del cual no salimos y en ocasiones ahi nos atrapamos, son los límites de la conciencia en un mundo de soñadores paseantes, que trabajan, comen, duermen, manejan, besan, rién y deambulan, miles de miradas ausentes, no presentes.

Soñar en esta realidad envuelta en diversos roles sociales, complicación, sencillez y aprenidzaje en la compleja agonía citadina, me entusiasma, me extasía, me divierte, me implica, me fascina. Muchos capítulos nuevos, viejos, repetitivos  que leer en la ciudad. Despertar en la ciudad, vivirla, soñarla, platicarla, actuarla. Alegría.

Desierto de Icamole, N.L.