Tengo un compendio que leo a diario, lo vivo, lo camino, lo huelo, lo percibo, el diSECCIONAR permite dividir en partes un algo, que se ha…enfermado…quizá muerto, que mejor testigo que dar apertura interna a un organismo como son los espacios como organismos vivos que evolucionan y estudiar sus estructuras, sus actores, sus seres, sus representaciones, percepciones, para ser examinado, estudiado y finalmente leído y transmitido.
Apartados de síntomas urbanos, sociales y emocionales:
Aneurismas urbanos
Que derramamos nosotros el conjunto de seres que dejamos escapar nuestro fluir, el fluir físico, dinámico, espacial, mental…la parte mental es la manifestación real de una realidad inexistente solo imparcial e individual, ese goteo, esa salida, ese derrame cerebral que todos por muy “normal” que aparentemos escondemos lo que somos, permeamos todo nuestro entorno creando una sensación y por lo tanto un sentimiento que determina un hecho. El reflejo ensimismado en nuestros objetos, espacios y sus usos, sus diseños, sus consecuencias derramadas en la sociedad, las relaciones y el escenario: entorno natural.
Alexitimias urbanas
En nuestra parte neuronal como entidad individual, conjunto de sociedad y en la representación espacial existe un bello desorden de la percepción, es común no identificar claramente nuestras emociones y por lo tanto no otorgarles su debida expresión verbal y física, seres que somos llenos de conjuntos de atrofio emocional se disgregan por las calles y muros de la ciudad, omitiendo sus ecos de suavidad y perpetuidad interrumpida por la temida incapacidad de expresar creando así sucesos contrarios o correctos de una infinita posibilidad experimental. ¿qué sucedería si todos crearan lo que emanan sus mentes hablando de ideas creativas, si llevaran a cabo ese impulso que con los años se inmortaliza en frustración.
Labilidades urbanas
Nos inundamos como individuos, también inhundamos nuestros espacios con objetos, formas, funciones de respuestas emocionales desproporcionadas, osciladas y manipuladas, sinceras que son ahuyentadas, fingiendo en maquillaje de esa máscara urbana cotidiana, nos permanecen, nos hacen existir las respuestas emocionales plenas, las que llenan de paz y satisfacen nuestra alma para poder continuar sin dejar esa pauta emocional callada.
Amnesias anterógradas urbanas
La memoria urbana, la memoria del humano es la memoria transitada, la memoria pálida y borrada, líquida, abaratada que da cavidad al momento instantáneo no a la permanencia, el olvido, lo fingido, lo vivido lo omitido.
Amnesias retrógradas urbanas
La memoria golpeada, solapada, lastimada de los urbanos, los transeúntes, los turistas del mundo del olvido y del deshecho constante.
Paratimias urbanas
Seres de contradicciones incomunicadas con la sensación manifestada, ambivalencias, lo callamos a lo externo, la sombra es muda, nuestro espejo que se refleja en el trayecto de la vida urbana.
Agnosias urbanas
Obtenemos el conocimiento por nuestra experiencia sensorial, es lo que conocemos como GNOSIA cada experiencia se entrelaza a otra experiencia sensorial ya conocida y estas experiencias se reconocen por similitudes comunes o particulares En nuestra cotidianidad perdemos el equilibrio sensorial para subsistir entre relaciones, un mundo ya institucionalizado, estandarizado, perdiendo la capacidad para transformar sensaciones simples en percepciones es decir perdiendo el reconocer personas u objetos en su escencia.
Agnosias táctiles. Perdida de sensibilidad al tocar, contacto de piel, choque entre ser y objeto, ser y momento, ser y textura, ser y ser, ser…
Seudoagnosia táctil. Alteramos nuestra percepción táctil, suponemos controlamos nuestro contacto con los objetos, seres, toque fantástico.
Asteriognosia. Ceguera mental, incapaces de reconocer, ubicar formas, objetos, elementos en el espacio.
Agnosia auditivas: Sordera psíquica social que padecemos los humanos urbanos. Perdemos el escuchar, el sonido del silencio, nuestro sonido es igual a ruido. Nos volvemos incapaces de conocer pequeños susurros y murmullos del olvido.
Agnosia óptica total: Aturdidos incapces de reconocer la claridad, vivimos abrumados por la oscuridad, confusión del poder de decisión y responsabilidad sin libertad mental.
Agnosia óptica parcial: Percepción parcial de la visión más allá de la individualidad hacia especies, objetos, personas y demás que convivimos en un limite espacial.
